La hora de la religión (la sonrisa de mi madre), de Marco Bellocchio
Etiquetas:
2002,
adoración al dinero,
corrupción,
idealismo,
iglesia,
Italia,
L' Ora di religione,
La hora de la religión (la sonrisa de mi madre),
Marco Bellocchio,
minimalismo,
Sergio Castellitto
Nombre original: Ora di religione (Il sorriso di mia madre), L'
Director: Marco Bellocchio
Origen: Italia
Año: 2002
Un individuo, un pintor sin mucho prestigio, tratando inocentemente de ser coherente en un mundo corrupto por el dinero y el poder, se ve envuelto en bizarras situaciones por no acceder a vender sus ideales. Con ese enfoque minimalista del conflicto de los ideales con la economía, el director resuelve correctamente y con humor, un tema serio.
La película plantea bien su contenido conceptual en una historia entretenida, en la que se mezcla la familia del personaje principal armando un circo para canonizar a su madre, una celebración bastante pagana dentro de las altas esferas de la iglesia, un conde imperialista que lo reta a un extraño duelo, una amante fantasmal y algunos elementos más. El fuerte de la obra está en el clima enrarecido aunque natural que construye, donde la banda musical juega un papel importante jugando en contraposición con las imágenes a las cuales acompaña, y además el humor del absurdo, lubrica adecuadamente las tensiones generadas.
En el plano anterior funciona bien la película. Sin embargo es claro que el director quiso agregar más contenido a esta obra, aunque la comunicación de las mismas no fue del todo precisa. Esa intención se percibe en la inclusión de dos personajes, la misteriosa amante que aparece en el colegio, y el conde. La amante es más que probable que sea una invención del pintor, aunque no es suficientemente claro este punto, y menos claro es el símbolo que esta representa, y el caso del conde es aún más indescifrable el motivo de su existencia. Su intención de implantar una monarquía absoluta separada del papa, y la ridiculez del desarrollo del duelo, no son ideas que se fusionan bien con el resto de la película, y no se descubre, al menos en la primera visión de la misma, lo que impulsó al director a incluir esas escenas.
La película plantea bien su contenido conceptual en una historia entretenida, en la que se mezcla la familia del personaje principal armando un circo para canonizar a su madre, una celebración bastante pagana dentro de las altas esferas de la iglesia, un conde imperialista que lo reta a un extraño duelo, una amante fantasmal y algunos elementos más. El fuerte de la obra está en el clima enrarecido aunque natural que construye, donde la banda musical juega un papel importante jugando en contraposición con las imágenes a las cuales acompaña, y además el humor del absurdo, lubrica adecuadamente las tensiones generadas.
En el plano anterior funciona bien la película. Sin embargo es claro que el director quiso agregar más contenido a esta obra, aunque la comunicación de las mismas no fue del todo precisa. Esa intención se percibe en la inclusión de dos personajes, la misteriosa amante que aparece en el colegio, y el conde. La amante es más que probable que sea una invención del pintor, aunque no es suficientemente claro este punto, y menos claro es el símbolo que esta representa, y el caso del conde es aún más indescifrable el motivo de su existencia. Su intención de implantar una monarquía absoluta separada del papa, y la ridiculez del desarrollo del duelo, no son ideas que se fusionan bien con el resto de la película, y no se descubre, al menos en la primera visión de la misma, lo que impulsó al director a incluir esas escenas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario