sábado, 14 de julio de 2007

El evangelio de las maravillas, de Arturo Ripstein




Nombre original: El evangelio de las maravillas
Director: Arturo Ripstein
Origen: México, España, Argentina
Año: 1998

El director, durante la obra, desacraliza uno a uno los componentes del cristianismo, paganizando sus ritos, colocando estereotipos opuestos para sus referentes, y vulgarizando sus costumbres. A pesar de esta inversión de todo el imaginario cristiano, es interesante como la estructura política se mantiene, un líder, en este caso una mujer, y un pueblo ciego por la fe, lo cual provoca reflexionar sobre cual es la base de todo culto.

Una historia muy forzada es el vehículo para ir contando una versión radicalmente propia del evangelio. En ella, no solo se insertan elementos tecnológicos de nuestra época, sino que también se utilizan elementos despreciados por la iglesia para encarnar a sus íconos sagrados. Solo como ejemplos basta mencionar: la estructura matriarcal del bizarro pueblo, la comunicación de Dios a través de juegos electrónicos, la elección de la virgen enviada mediante un tatuaje autoadhesivo, la misión de esta virgen de tener relaciones con todos los hombres del pueblo para engendrar al hijo de Dios, y el sexo anal como opción de ésta para mantener su estado, y por último, ante la ausencia de milagro, la elección de un homosexual como verdadero padre de la nueva encarnación de Jesucristo, y él mismo como mártir en una escena con claras reminiscencias a la condena de Jesús.

Es interesante la visión extravagante del cristianismo, y la estética esta bien cuidada para darle cierta coherencia a esa curiosa población, pero el contenido es muy confuso y abierto, no quedando clara la intención del director en su realización. La película termina viéndose como una sucesión de escenas llamativas, pero sin mucha continuidad.


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