lunes, 23 de julio de 2007

El inocente, de Luchino Visconti




Nombre original: L' Innocente
Director: Luchino Visconti
Origen: Italia, Francia
Año: 1976

Visconti explota el tema más recurrente en su producción artística, la burguesía y su vacío espiritual. En este caso se detiene en el comportamiento de un hombre perfectamente racional, patológicamente racional. En la concepción de este individuo, toda relación es un negocio, toda acción parte de un contrato, y toda persona una cosa, clasificable únicamente en útil o inútil para sus objetivos.

Dentro de este frío comportamiento de máquina, un único sentimiento quiebra su coherencia y lo humaniza, en la peor expresión de este concepto. Los celos, cubren toda su esfera sentimental, no hay amor ni odio en él, no hay paz ni lucha, ni amistad ni indiferencia, solo celos. Este profundo deseo posesivo, muy acoplable al consumismo propio de la burguesía, se va enquistando en sus razonamientos, va nublando su mente, y, como un cristal, termina invirtiendo la imagen que percibe de la realidad.

Para ese momento, las decisiones que cree hacer para su exclusivo beneficio, no hacen otra cosa que destruirlo, y en esa perfecta inversión entre su autodeterminación y la consecuencia de sus actos, es que termina su historia.

Aparte de narrar esta oscura historia, la película se destaca por lo exuberante de su arte, la cual esta al mismo nivel de su conocida: “Il Gattopardo”, a su vez el vacío emocional que padece el personaje esta perfectamente expresado en cada una de las escenas de la película. Esta falta de drama, esa ausencia de gestos en el actor al momento de tomar las decisiones más duras, son muy creíbles y reflejan fielmente la desconexión con los sentimientos propios que sufre, y es precisamente ese logro comunicativo la mayor distinción de esta obra.


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