lunes, 4 de junio de 2007

La pasión de Juana de Arco, de Carl Theodor Dreyer




Nombre original: Passion de Jeanne d'Arc, La
Director: Carl Theodor Dreyer
Origen: Francia
Año: 1928

El director construye el guión basándose únicamente en los relatos escritos, del interrogatorio, condena, y ejecución de Juana de Arco, datos seguramente conocidos por los espectadores, por lo que no podía crear nada en la trama. A su vez, la película es completamente muda, no solo no hay sonido, lo cual es esperable para la época, sino que tampoco hay música, en la sala de cine se escuchan los motores del aire acondicionado y el proyector, junto con el rozamiento de algún espectador al acomodarse, aparte de eso, solo silencio.

A pesar de esto, el director logra transmitir la soberbia y desidia de los jueces religiosos, y su paulatina desesperación y miedo al no encontrar fisuras en la pasión de Juana y si en sus mandatos, y especialmente la convicción, sinceridad, y sencillez de Juana al exponer la misión que Dios le había encomendado.

Para pintar esas sensaciones el director apela al expresionismo, y especialmente, al uso constante de primeros planos, siendo esto claramente lo que distingue a la película. El trabajo de los rostros es sumamente cuidado, tanto en la apariencia grotesca de los jueces, muy similar a la forma que Eisenstein presenta a los individuos con poder, como la increíble expresividad lograda por la actriz que encarna el papel de Juana.

La variación de matices que se ven en el rostro de Juana durante su tragedia son sutiles, imposibles de describir, pero indudablemente claros y convincentes, y perfectamente alineados con la situación que estaba padeciendo en cada momento. Si bien la fotografía es muy buena, son en los primeros planos de Juana, donde casi exclusivamente se encuentra el valor de esta película, siendo este muy alto. Por este motivo, la misma, es una excelente muestra de las posibilidades del cine, y de la genialidad de ambos director, y actriz.


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